jueves, 25 de diciembre de 2008

La Guerra de los Mundos...

La cosa estuvo así…

Entré a mi casa, eran diez para las once de la noche, cerré la puerta, colgué las llaves del carro. Cuando encendí la luz para dejar el termo en la cocina, lo vi…

Lo observé fijamente y me observó, ambos nos sobresaltamos. Sin más, lo amenacé: “ratón, tu y yo no cabemos en el mismo pueblo”…

Ante tal amenaza, corrió detrás de la estufa.

El ratón vaquero se quitó el sombrero y me dijo a solas algo que no entendí, ya que no hablo “ratonés”… Pero supe que era el inicio de una guerra.

Dispuesto a acabar con él acudí a Jesús González, alias “Peloy Malandro”, experto cazador siberiano. Con sus sabios conocimientos en la materia me dijo: “He cazado muchos ratones en mi vida; lo que le pongas en la trampa, no lo toques con las manos, si lo agarras, ya valió madre, nunca lo vas a atrapar…”

Por la tarde me dirigí al centro de Coyoacán, era una guerra y sabía que tenía comprar lo necesario para sobrevivir. Entonces fui con el experto: Tony Warrior.

Compramos comida, un par de trampas con pegamento para ratones y un AK-47; entonces sí, estaba listo…

Organizaciones defensoras de los ratones se enteraron de la guerra. El Movimiento Unido de Bazuka por la Vida de los Roedores me recriminó: “Si lo atrapas, no lo mates, es un ser vivo, además no mames, ¿lo vas a matar en Navidad?…”

Aunque no mermó mi conciencia, hizo eco en mi cabeza; Tony Warrior sugirió: “si lo atrapas déjalo pegado, morirá de hambre y no será tu culpa, o mejor aún, como en las películas antiguas, ponlo en las vías del tren, si escapa, sobrevive, si no morirá, o en una de esas llega otro ratón a salvarlo…” (Ya estaba desvariando el Warrior).

Por la noche regresé agobiado a mi casa, saqué las trampas para ratón y me dispuse a colocarles comida encima. ¿Si yo fuera ratón, qué me gustaría comer? me pregunté…

Claro, un poco de esa deliciosa rosca con nuez… entonces recordé los consejos de Peloy Malandro, batalle para colocar, con un cuchillo y sin tocar, un poco de pan estratégicamente acomodado, puse las trampas en el piso y me fui a dormir…

¿Qué pasó? ¿Cayó en la trampa? ¿Utilicé el AK-47? ¿Aparte de la rosca, el ratón tomó leche fría?


Descúbralo en la siguiente entrega…

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Al paso que vas el ratón te va a sacar de tu casa, jajajajajaja

Anónimo dijo...

Haz lo que hizo mi madre: rompió y tiro la estufa en cuanto vio a un ratón...

Anónimo dijo...

Saludo la crónica y la guerra.

Sugiero un batallón compacto encabezado por González para que dirija in situ la guerra. Con Warrior como observador y la Tesorito como respaldo por si las cosas se ponen feas, que le cante a ver si así.

Sugiero fotos de Perdomo en lugares estratégicos para provocar un infarto, también para el mismo efecto una banda sonora de Maricruz. estos mismos remedios los sugiero para el Bazooka por defensor de los derechos de los animales, se nota que salió de producción.

Sugiero irle poniéndo nombre al intruso si la cosa se normaliza, mejor tomarlo como mascota. qué tal Don Brutito? Algo así como "es que nadie me quiere"

Manifiesto mi más elevado reconocimiento a la calidad de su pluma, muy buena crónica.

Popolón Valdés